Incila no puede postponer más su plan de huida junto a Ozan. Su abuela y su tío ya están en la ciudad y su petición de mano está a la vuelta de la esquina. Mete consigue calmar los ánimos de Naz y ambos acuden a una cita con Ziga para disculparse por todo lo sucedido, pero a última hora Mete deja a su mujer sola ante el peligro. Hay algo que le ronda la cabeza y que no puede dejar pasar.