Han pasado diecisiete años desde que la relación entre Sonsoles y Serrano terminó. Lejos de olvidar, Sonsoles recuerda con dolor su pasado cada vez que mira a los ojos a su hija Carmen, el fruto de su amor. La joven, a la que han mantenido oculto su verdadero origen, ha heredado la belleza y el carácter de su madre. Soñadora y entusiasta, se enamora con la misma pasión que lo hizo su madre de Ramón Serrano Polo. Sin saber que son medio hermanos, Rolo y Carmen se enamorarán con tanta fuerza como lo hicieran sus padres, reviviendo la misma historia de un amor.