Paulina y Paola se despiertan en realidades completamente diferentes. Mientras Paulina comienza a desarrollar sentimientos por Nava durante su estancia en la granja, Paola se encuentra en Bogotá, tratando de recuperar el control de la situación. Al no poder contactar a Manuel, Paola es engañada al creer que él está muerto. Mientras tanto, Carlos, presionado por su adversario, cede ante las amenazas.