La convivencia de la comunidad se ve alterada por la llegada al 2º C de doña Fina (Petra Martínez), una anciana problemática, quejica, solitaria y trasnochadora que pondrá en jaque a los vecinos y especialmente a Antonio y a Berta, a quienes tiene abajo. Maite sale de la cárcel gracias a las chicas, que la acogen para que cumpla el tercer grado penitenciario en el 1º A, con una pulsera telemática que le impide salir de la vivienda salvo en horas muy concretas.