La llegada de la bella estudiante y activista Flor (Cristina Pedroche) convulsiona a los varones de Mirador de Montepinar, especialmente a Antonio y Amador, que rivalizan entre sí mientras acompañan a la joven en sus aventuras anti-sistema. Tras descubrir que la hija de Javi y Lola no está bautizada y que el joven matrimonio no tiene intención de librar a su primogénita del pecado original, Berta emprende una cruzada personal: buscar la manera de que la pequeña reciba a escondidas el primero de los sacramentos.