Encontrarse con el ‘fantasma’ de Carmelito ha hecho añicos la estabilidad emocional de Bruno. Su desorden psicológico y un repentino miedo escénico le han llevado a ingresar en una clínica de salud mental. Entretanto, Antonio Recio, resentido por el nombramiento de Menchu, sabotea el ascensor del inmueble para provocar una derrama y menoscabar la labor de la presidenta. Además, Lola propone a Javi un singular juego erótico.