Gabriela no dudaba en entrar en la habitación de Montoya y tumbarse en la cama, mientras este le advertía desde fuera, entre risas: "No vas a hacer nada ahí, ¿eh? Está sola ahí dentro". Y este pedía a todas las solteras que entrasen en la habitación, con las que se tumbaba en la cama y protagonizaban un divertido momento, saltando y gritando: "Si juego al juego, juego a ganar".