Reverte continúa obsesionado con Anna y no va a permitir que lo ocurrido entre ella y Daniel durante la noche del huracán vuelva a repetirse.Para evitar sus represalias, Anna se verá obligada a mantener un doble juego con el jefe de los funcionarios, que sólo piensa en poder dar a Daniel una muerte lenta y dolorosa. Entretanto, en la otra plataforma, Jota descubre que la embarcación está peor de lo que esperaba, comida por el óxido y con serios problemas en el motor. Para arreglarla, deberá volver a La Torre y conseguir las piezas que necesita sin que nadie sospeche. Mientras, Tara permanece escondida en el montacargas, sin que nada haga presagiar el trágico destino que le espera.