Una vez descubierto el cadáver de Pelayo, Elena no tiene más remedio que confesarle a Julio toda la verdad y su pasado, sin imaginar cómo va a reaccionar ante una información tan increíble como insospechada. Entre todos urdirán un plan para deshacerse del cuerpo sin levantar sospechas. Además, Ana se enfada con Roberto por su actitud en el restaurante.