La matriarca de la familia Samverdi no permitirá que esta vez nadie impedida a Narin que pueda ser feliz y tras años sacrificándose y sufriendo por los demás, ha llegado su momento y organizará su pedida con Ozgu. Ebru, desesperada por dar con el paradero de su hijo y junto a Baran, se presentará en el hospital donde nació y perderá los paciencia con el médico que le asistió el parto para que le confiese qué ocurrió aquel día.