Ebru está entusiasma y vuelve a sonreír ahora que al estar involucrada en los negocios del campo que su marido le dejó antes de fallecer le ayudará a tener una ilusión por la que seguir adelante y nuevos proyectos por los que luchar volviendo a empezar de cero y siempre junto con la ayuda de su gran amigo Firat.