Ebru cree que su primer hijo con Murat murió nada más nacer años atrás. Pero lejos de la realidad, su hijo está vivo y lleva todos estos años vivo criándose en el pequeño pueblo del que es su padre sin conocer que, en realidad, tiene una familia. Murat regresará para llevarse a Baran, pero casualmente desaparecerá en mitad del río antes de que eso ocurra. Ebru recibirá una llamada con la terrible noticia.