Al final de un partido de baloncesto entre chicos de instituto, las gradas se hunden arrastrando a la afición y a los jugadores. El Hospital Central se pone en marcha para hacer sitio a tantos heridos. Ante la falta de espacio, Santiago y Jimeno deciden utilizar un quirófano que estaba cerrado por obras. Tras comprobar que lo único que no funciona es el extractor, Jimeno decide operar. El quirófano explota y sólo sobrevive una enfermera que se mantiene en coma.