Pablo descubre que Andreu no es el amigo que creía. Y Rubén ha tocado fondo. Tras rechazarle bruscamente para un anuncio, se siente un auténtico fraude y decide empaparse de todo el cine y series que tienen Pablo y Natalia contratado. Toda la familia va a su rescate, aunque sea por recuperar la TV, la Tablet o el olor a recién duchado de Rubén.