Apasionados de la música americana de los años 50, muy rockabillys, divertidos y ambos con un corazón aparentemente enorme, Roberto y Mireia han protagonizado una cita llena de ternura, historias de superación y mucho, mucho sentido del humor. No os decimos más que él ya se imaginaba al volante de una California descapotable haciendo el amor en cuarta.