La estética de Gonzalo y Ana parecía que iba a ser un impedimento para que los solteros se conocieran un poquito mejor,  pero no ha sido así. Según iban pasando los minutos, Gonzalo ha cambiado de opinión y no solo ha flipado al saber que Ana no tenía ningún tatuaje sino que ha caído rendido a sus pies tras un beso eterno.