A sabiendas de que su destino es cada vez más negro, Aslan le pide una vez más a Devin que se aleje de ellos y parece que esta vez sus ruegos surten efecto en la psicóloga que ya no es capaz de aguantar más la situación. En el puerto, Aslan sigue buscando salidas para saldar sus deudas, pero las opciones legales se esfuman una tras otra. Temiendo que Aslan resulte malparado, Devin vuelve a tomar la iniciativa.