Tras el arranque de ira de Aslan todos deben enfrentarse a un nuevo comienzo. Los Soykan se trasladarán a la antigua casa de Seher pese a la oposición de Nedret que tampoco aceptará participar en los negocios de la familia lo que dejará a Aslan sin más opción que recurrir a los trapicheos ilegales con los iraquíes para saldar sus deudas. Pese a los ruegos de Yagmur, Devin será incapaz de alejarse de su marido y se mantendrá a su lado.