Todos los medios hablan de la desarticulación de Akrab gracias a un colaborador de los servicios secretos franceses cuya identidad no ha sido desvelada. Khaled es considerado un héroe y recibe felicitaciones de las más altas instancias. En esta situación, Morey se encuentra sin salida y llega a dudar de sí mismo: quizá todo el mundo tenga razón y su empecinamiento en ver a Khaled como un terrorista sólo obedece a sus deseos de huir con Fátima.