Morey viaja a Madrid tras conocer la muerte de Serra e intenta que la dirección del CNI suspenda el anunciado encuentro hispano-marroquí de Granada, pero Robledo mueve todos los hilos que puede para que salga adelante. Aunque Morey contará con una ayuda póstuma de su jefe, las noticias van a terminar por volverse en su contra. Acuciado por la necesidad de impedir el atentado, Morey recurre a Hamza para localizar los explosivos.