Urdangarín tenía rictus serio. Miraba al frente y tragaba saliva. Solo en un momento del viaje, sonrió tímidamente. Tras fijarse en nuestra presencia, su rostro se tornó muy serio de nuevo. Eran las 8:58 de la mañana. El equipo del programa fue testigo de una conversación entre el yerno del Rey y uno de sus hombres de confianza. Urdangarín preguntó a su guardaespaldas "¿qué hay que hacer para no venir a los juzgados?". "Ser menos guapo y ser más bajo", contestó.