Alba y Andrea tienen que vender los muebles de la casa de una diseñadora que planea cambiar de vivienda. Sin embargo, en esa casa hay algo más que muebles: hay un espíritu. El de alguien que parece tener otros planes para Luna, el bebé de la diseñadora. Mientras Alba trata de descubrir la identidad y las intenciones de ese espíritu, Pablo se irá acercando a la verdad del secreto que ella le esconde. Su don. Alicia también empieza a darse cuenta de que, ahora, sus visiones son, en realidad, predicciones. Premoniciones de muertes. Pero, ¿puede hacer algo por evitar esas muertes?