Es lo que deben pensar todas aquellas personas a quienes la necesidad les ha llevado a sustraer comida de comercios, supermercados e incluso comedores sociales. En la localidad toledana de Argés, la necesidad ha obligado a un ladrón a vaciar las neveras del comedor social al que acudía. ¿Han robado la comida de los pobres?, señala Paco, uno de los voluntarios. ¿A nosotros sólo nos queda robar para salir adelante?, apuntan soledad y su marido, ambos, usuarios del comedor.