Son calles repletas de naves industriales, están llenas de vida. En Villaverde (Madrid), obreros, chatarreros y trabajadoras del sexo se ganan su jornal diario. Como Verónica, un transexual que alquila su cuerpo en una esquina por una tarifa que oscila entre los 10 y 20 euros. En el de la Pedrosa, en Hospitalet, Jaime y Eva viven su amor entre los escombros de un solar abandonado: “Aquí nos conocimos”, cuentan.