Valdemar empieza a cuestionar las decisiones de su hermana que sigue empeñada en controlar la vida de Cacao al tiempo que el plan de Tiago empieza a dar sus frutos. La secretaria de Marco no tarda en facilitarle valiosa información sobre los negocios de su jefe a Tó Mané. El enfado del ingeniero por el negocio fallido le ponen en el punto de mira de un Justino que tensará aún más la cuerda cuando este le pide la mano de su hija.