Los peores presagios se cumplen y con el aborto de Vitoria todas las miradas están puestas en Cacao. Ella insiste que no empujó intencionadamente a Vitoria, pero la abogada y Salomé se han asegurado bien de no dejar cabos sueltos en su plan. Marco se muestra incrédulo ante la noticia, pero su chica hará todo lo posible para ponerle en contra de la chocolatera. Mientras, el padre de Pipa la pone entre la espada y la pared.