Tras ser liberada, Sal se va a de Itacaré pero no sin antes dejar tras ella un regalo envenenado para los Coutinho. Una vez de vuelta en Lisboa, su plan sigue adelante. Hablará con Antonio Manuel Meneces, el periodista encargado de sacar la noticia a la luz para darle su particular versión de los hechos. Pero Tó Mané no puede dar la cara ante ella. Justino descubre la relación de Simone y Rui que no se oculta ante sus ojos creyéndole vegetal.