Una fotografía de Justino y Chiquinha vuelve a levantar las sospechas de Cacao que habla con sus padres en busca una vez más de una verdad que no llega. Julia acude a casa de Tiago para animarle tras su ruptura con Cacao, pero es ella la que encuentra su apoyo. El joven no soporta ver a su madre hundida en el pasado sin ser capaz de romper de una vez por todas con él. Soraia, totalmente entregada a Tó Mané, se va de la lengua. Ella ha caído, pero el que no se deja llevar por la palabrería del periodista es Salomão.