María acusa a Iñigo de haber sido el autor de la violación ante la perplejidad de este y del resto de los amigos. Los agentes de policía también están perplejos, pero deciden llevar a Iñigo a la comisaría para interrogarle. Las conjeturas se disparan aunque nadie da crédito a las acusaciones de María. Excepto, naturalmente, su abuela Concha y... Miranda.