Paloma está completamente borracha. No ha superado la muerte de Dani y trata de evadir sus penas bebiendo y saliendo hasta altas horas de la noche. Jaime intenta ayudarla, dejándola dormir en su casa. En su confusión etílica, Paloma confiesa a Jaime estar enamorada de él. Jaime atribuye estas palabras al acohol, pero otra sorpresa le aguarda cuando al día siguiente una Paloma de lo más sobria le confirma su confesión.