María empieza a preocuparse: desaparecen cosas de su taquilla, se siente observada. Incluso se lleva un buen susto cuando cree que alguien la sigue por un pasillo solitario. Para colmo, recibe una jadeante llamada en la secretaría del Instituto. Sus sospechas recaen inmediatamente sobre Íñigo o, en su defecto, en David. Alberto sigue buscando cantante para Silvanos: Paloma se presenta en La Nave empeñada –bajo los efectos del alcohol- en que le hagan una prueba.