Tras perder su trabajo y comprobar cómo la cuenta de gastos continúa creciendo, Aída se siente desesperada. Mauricio, conocedor de este hecho, le conseguirá un empleo en una residencia de ancianos. Por otra parte, Luisma, consciente del gasto que supone la manutención de un bebé, se emplea en buscar diversas opciones para obtener dinero.