El agente Riesgo decide vengarse de Mauricio y secuestra a su madre. Desesperado, el hostelero decide buscar ayuda y no se le ocurre otra cosa que acudir al propio Riesgo que, al verle aparecer, se cree descubierto y huye. Mientras, Paz y Simón están a punto de irse a Londres pero en el último momento ella rompe los billetes, al saber que Luisma no ha podido leer su carta. Por otra parte, Jonathan tiene las dos manos vendadas porque se ha quemado y tiene que buscar a alguien para que le ayude a hacer las tareas más elementales.