Sonia tenía un sueño: ser policía. Fue la única mujer de su promoción, 89 hombre y ella. Pero lo que nunca imaginó fue el acoso al que la someterían durante ocho largos años. Lejos de amedrentarse, ella les hizo frente y les denunció cruzando así la frontera del silencio: un policía nunca denuncia a otro. Esta es su historia.