Los autores de los atentados del 11-M culminan su sangriento plan. Se suben a los trenes con dirección a Atocha cargados de explosivos. Provocarán una auténtica masacre. Mes y medio antes del atentado, los terroristas se refugian en una casa cercana al municipio madrileño de Morata de Tajuña, donde planifican pormenorizadamente los detalles del ataque que perpetrarán en la estación de Atocha.