En los meses recientes la República Dominicana ha visto escalar los índices de delincuencia y criminalidad a niveles en extremo preocupantes. El auge del crimen ha sido tal que en cierta forma obligó al Gobierno a lanzar a las calles patrullas mixtas de militares y policías para tratar de contener a los malhechores. Asimismo, las autoridades han estado implementando de manera escalonada en distintos puntos del país, la Estrategia Nacional de Seguridad Ciudadana, Mi País Seguro, que busca llevar tranquilidad a la ciudadanía. La ola de delincuencia que azota a los dominicanos se produce justo en momentos en que se está llevando a cabo una reforma a lo interno de la Policía Nacional, que tiene como objetivo profesionalizar, equipar y mejorar las condiciones de vida de los agentes de esa institución. Precisamente, en el país muchos atribuyen la falta de efectividad en la lucha contra los criminales a las precarias condiciones económicas en que se desenvuelven los miembros de la Policía