El mes de julio de 2022 ha sido histórico para las organizaciones y luchadores populares en Panamá, luego de que las protestas masivas y bloqueos de carreteras paralizaran un amplio sector y rubros del país por casi tres semanas. Distintos analistas sugieren que la génesis de los reclamos se encuentra en el hastío de la sociedad panameña a más de 30 años de políticas neoliberales que han sido fundamentales en la profundización de la brecha entre ricos y pobres en uno de los países más desiguales de América Latina y del mundo.
La actual coyuntura tuvo la capacidad de unificar la lucha de distintos sectores que por años han venido reclamando justicia social ante los desequilibrios promovidos desde las administraciones de gobierno después de la invasión de Estados Unidos en 1989.
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