Rusia y Gran Bretaña, durante la Primera Guerra Mundial, se disputaban Irán, un país enfrentado a los efectos de la crisis que devino de la Revolución Constitucional persa (1907-1909). En esa época de hambruna y confusión, este país fue invadido desde dos puntos: el imperio Zarista, por el norte, y Gran Bretaña, por el sur.