Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, presenta un aspecto de ciudad moderna y desarrollada, principalmente por el crecimiento inmobiliario que ha experimentado en los últimos años. La construcción de elevadas edificaciones, así como amplias avenidas y túneles, son un reflejo del crecimiento económico registrado por el país durante varias décadas.
Sin embargo, a la par con el desarrollo que exhibe la ciudad, muchos sectores de la periferia han sido completamente olvidados por las autoridades.
Estas barriadas, que se encuentran a poca distancia del centro de la capital, presentan un notable deterioro, con calles polvorientas, sin servicio de agua potable y vertederos improvisados por doquier.
Estos sectores son la mejor muestra del contraste que se vive en una de las ciudades latinoamericanas que mayor crecimiento económico ha exhibido durante varios años consecutivos.
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