La alcaldía de Tegucigalpa, por primera vez en 30 años, está en manos de una administración progresista. Atrás quedaron las tres décadas de gobiernos del partido nacional en la capital hondureña. Las prioridades de esta nueva administración han cambiado. Atrás quedaron los negocios y construcción de puentes que no han resuelto los congestionamientos viales a toda hora. El nuevo lema es “una ciudad de buen corazón”. La intención es recuperar los espacios públicos y convertir la ciudad más amigable al peatón. shp/mkh