El cine iraní, como una ventana hacia la cultura persa, siempre ha tratado de mostrar la realidad de Irán desde un punto de vista más realista y objetivo. Aparcando a un lado la visión no muy cercana a la realidad que ha intentado dar a conocer el cine barato occidental sobre nuestra cultura. Mostrando una imagen muy lejana de la realidad que se vive en Irán y subrayando siempre problemas y defectos típicos de cualquier otro país.
Bien es verdad que Irán es un país islámico, pero eso no ha impedido nunca que la mujer prospere en el ámbito artístico. No han sido pocas las cineastas iraníes galardonadas en festivales internacionales de renombre.
Las mujeres iraníes están presentes en la industria cinematográfica no solo como actrices sino también como directoras, productoras, guionistas y otros muchos puestos que a primera vista serían un tanto inimaginables para una mujer musulmana.
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