No cabe duda alguna de que la prueba que nos ha tocado vivir con la pandemia de la COVID-19 ha sido una de las experiencias sin precedentes para el ser humano en muchos aspectos. Sin embargo, una de las cosas más extrañas que hemos tenido que experimentar con dicha enfermedad ha sido la incertidumbre que plantea sobre su destino y cómo van a terminar las cosas.
Si en las primeras semanas del brote del virus pensamos que nos desharíamos de él para el próximo mes o finalmente al inicio de la temporada estival, a día de hoy, tras lo anunciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a todos nos preocupa el hecho de que, como mínimo, hasta finales de 2021, no existirá ningún medicamento o vacuna que pueda ayudarnos a dejar atrás definitivamente de este peligro.
¿Cómo podemos soportar tantas dificultades? ¿Qué podemos hacer para ayudar a mantener nuestro espíritu en alto? ¿Qué camino debemos tomar para que la tristeza y el desgaste de estos días dolorosos no incidan en nuestras alma