El ser humano está intrínsecamente inclinado a llegar al perfeccionismo y siempre se esfuerza por seguir el camino hacia la perfección. A lo largo de la historia, una de las claves del éxito de las religiones ha sido mantener viva la antorcha de la esperanza en los corazones y las almas de sus seguidores, dar esperanza de llegar a un brillante mañana, del presente estado lamentable, y curar el cansancio de hoy mediante tener esperanza a dicho mañana.
Desde el punto de vista del cristianismo, un ser humano que sufre de antojos y caprichos, gozará completamente del sabor de la libertad, la salvación y la liberación, y entrará en la utopía, solo después de que Cristo regrese en el apocalipsis para asegurar y garantizar la salvación humana para siempre.
Esperar el regreso de Jesús era tan vibrante y dinámico, durante el cristianismo primitivo, que los fieles abandonaron su vida diaria y contaron masivamente los días para su regreso. Y creían que cuando Cristo venga, el reino de Dios y el