Tras la victoria de la Revolución Islámica, Irán potenció su educación e inversión en I+D hasta coronarse como el país con un mayor crecimiento científico del mundo. Y todo ello a pesar de las sanciones que impiden la importación de material e incluso vetan la publicación en revistas científicas. La ciencia persa ha sabido florece, con el presupuesto adecuado, pero también con una buena dosis de improvisación.
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