El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov, el último líder de la Unión Soviética, dimitió como presidente de la misma y puso punto final a una unión que abarcaba la sexta parte de la superficie terrestre del planeta. Gorbachov asumió en marzo de 1985 la Secretaría General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, máximo cargo en la jerarquía del país. Por aquel entonces, la Unión Soviética se hallaba acuciada por un estancamiento económico, razón por la cual, Gorbachov decidió iniciar un conjunto de reformas, pero poco a poco los cambios abarcaron más de lo previsto.
Distintos países exigían ir hasta las últimas consecuencias, organizándose para declarar la independencia. Letonia, Estonia, Lituania, Ucrania, Armenia, uno a uno, fueron rebelándose contra Moscú. Primero, se reconocieron las independencias de Estonia, Letonia y Lituania, y a estos les siguieron Ucrania y Armenia.
El 8 de diciembre se anunció la formación de la Comunidad de Estados Independiente