El 7 de octubre de 2001, EE.UU. y el Reino Unido, so pretexto de luchar contra el terrorismo y deponer a los talibanes, bombardearon diferentes ciudades de Afganistán y dieron inicio a una guerra que duró 20 años y dejó más de 240 000 víctimas mortales. Esta cifra no comprende las bajas registradas a raíz de enfermedades, desnutrición, escasez de agua potable, pérdida de acceso a infraestructuras adecuadas u otros resultados indirectos derivados de la guerra. El Talibán, el grupo cuyo desmantelamiento fue el objetivo de esta invasión, tras el conflicto, ha cobrado más fuerza equipado con armas estadounidenses. shp/ctl/fmk