El 2 de enero de 2020, el expresidente estadounidense Donald Trump ordenó el asesinato del teniente general iraní Qasem Soleimani, en un acto de terrorismo, calificado como una ejecución extrajudicial por la propia Organización de Naciones Unidas (ONU), por tanto, violatorio del derecho humanitario y cuya venganza por parte de Irán aún no termina. Irán, cumpliendo su promesa de vengar el asesinato de Soleimani, llevó a cabo varios ataques con misiles, el 8 de enero de 2020, contra las bases militares que albergaban tropas estadounidenses en Irak, incluida la de Ain al-Asad, situada en Al-Anbar. Sin embargo, aseguró que esto no fue la venganza final por el atentado contra su gran estratega y que llegará la represalia en su debido momento.
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