El 22 de marzo de 2012, tuvo lugar un golpe de Estado en Mali. Las unidades del Ejército, a las órdenes del capitán Amadou Sanogo, atacaron la capital. Las unidades del Ejército tomaron por asalto el palacio presidencial y derrocaron el Gobierno del presidente Amadou Toumani Touré.
Los golpistas, que reclamaban más armamento para reprimir a los tuareg en el norte del país, justificaron la operación invocando la incapacidad del mandatario para enfrentar la rebelión.
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