El 20 de octubre de 2011, en Libia, fue asesinado el presidente Muamar Gadafi a manos de las fuerzas rebeldes, poniendo así fin a su gobierno, que duró más de 40 años. Su legislatura se caracterizó por una violación sistemática de los derechos humanos, censura, tortura y persecución de sus opositores políticos, razones por las cuales el país norteafricano, inspirado por la revolución en Egipto, fue escenario de levantamientos populares desde febrero de ese mismo año y de una consecuente guerra civil. Tras la intervención militar extranjera y la caída de Muamar Gadafi, el país árabe aún sigue sumido en una situación política caótica. shp/rba