En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el 8 de septiembre 1941, ante la imposibilidad de tomar la estratégica ciudad de Leningrado, el Ejército de la Alemania nazi y las Fuerzas Armadas finlandesas decidieron sitiarla y hacer que su gente muriera de hambre o se rindiera. Por lo que cortaron la última carretera que conducía a la urbe.
De este modo, dio comienzo uno de los asedios más largos, destructivos y letales que se hayan producido sobre una ciudad importante en la historia moderna.
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